MATTHIAS STEINER: EL HOMBRE QUE NO SE RINDIÓ Y CUMPLIÓ SU PROMESA

Tal vez la halterofilia no signifique mucho para los que no están acostumbrados a seguir este deporte, que tiene su punto máximo cada cuatro años en los Juegos Olímpicos. El popularmente llamado “levantamiento de pesas” es uno de los principales atractivos de los Juegos, fuera de los deportes “populares”. Si la palabra halterofilia no dice mucho, el nombre de Matthias Steiner dice mucho menos.

Steiner nació en Viena, Austria, donde se inició en la halterofilia en 1995 siguiendo los pasos de su padre, Friedrich Steiner, un reconocido campeón de este deporte. Steiner siguió formándose en la disciplina hasta que a los 18 años fue diagnosticado con diabetes, después de acudir al médico y, gracias al tratamiento necesario, pudo volver a la competencia.

Ese mismo año 2000, ya con su enfermedad controlada, participó en el Campeonato Junior de Europa, donde quedó en octava posición, habiendo participado antes en los certámenes de 1998 y 1999. Steiner mostraba progreso, pues para el 2001 y 2002 ganó el bronce en el mismo torneo, en la categoría de -105kg. En ese mismo 2002 venció en el Campeonato de Austria, levantando un total de 370 kg. Al año siguiente repetiría levantando 390 kg.

Pero el 2004 es el primer punto importante en esta historia. 

Una mujer alemana vio por televisión a Steiner participar en varios campeonatos e, inmediatamente después, comenzó a intentar comunicarse con el austríaco. Insistió tanto que llegó a contactarse con la cadena de retransmisiones deportivas EuroSport preguntando por los datos de Steiner. Fue luego de eso que consiguió su correo electrónico, se puso en contacto con Matthias y se reunieron en una ciudad de Austria. El desenlace fue de película: Matthias y Susan se casaron poco tiempo después.

Steiner también participó en Atenas 2004, donde el austriaco quedó en séptimo lugar en su competencia. En el 2005 volvió a ganar el Campeonato de Austria, pero unos problemas administrativos le impidieron a su entrenador personal estar acreditado para el Campeonato Europeo, y esto se reflejó en competencia. Falló sus tres intentos en el arranque, después, tras el calentamiento para la segunda ronda, tuvo un problema con el entrenador nacional austriaco en cuanto al peso de sus siguientes levantamientos, ocasionando que se les terminara el tiempo y no hiciera su primer levantamiento. Este desacuerdo terminó con la salida de Steiner de la Federación Austriaca de Halterofilia.

En el 2006, Steiner aplicó por la ciudadanía alemana, la de su esposa. Mientras el proceso estaba en curso, no tenía permitido participar en competencias internacionales, por lo que durante el 2006 y el 2007 no participó en los campeonatos europeos, haciéndolo solamente en Liga Alemana de Halterofilia, con el club Chemnitzer AC.

En julio del 2007, su esposa, Susan, aquella mujer que lo vio por TV y consiguió su correo electrónico impulsada por el amor, falleció en un accidente automovilístico. Steiner tuvo que lidiar con todos los problemas propios de la situación y perdió 7 kg después del accidente de su amada. Era renunciar a todo o seguir. A partir de ahí, hizo una promesa, no darse por vencido.

Después de recuperar el físico, a inicios del 2008 recibió la ciudadanía alemana, aquella que tomó por Susan, y empezó a competir por Alemania. En enero de ese año ganó el torneo Pre Olímpico, y después en el Campeonato Europeo ganó oro en arranque y bronce en el envión. El deportista de élite había regresado a escena.

Un mes antes de los Juegos Olímpicos, anunciaba su retiro la leyenda Hossein Rezazadeh, el iraní el poseedor del record mundial además de campeón olímpico, haciendo que la competencia en Pekín quedara totalmente abierta.

Steiner llegó a China con una promesa por cumplir, pero sería una dura competencia con el ruso Evgeny Chigishev y el letonio Viktors Scerbatihs en la que Steiner inició bien, pero en su tercer levantamiento de arranque falló, por lo que terminó cuarto al finalizar la primera ronda.

Al iniciar el envión, el letón perdió la oportunidad de irse al liderato, y Steiner también falló su primer levantamiento. Chigishev tomó el liderato al levantar 250 kg, mientras Scerbatihs fallaba en su tercer intentó. La situación que derivó de aquellos hechos obligaba a Steiner a levantar 258 kg en un último levantamiento si quería ganar la competencia, puesto que ya había asegurado el bronce en su segundo levantamiento, pero la promesa era otra.

Steiner salió a la plataforma, exhaló dos veces mientras veía la barra y tomó su lugar; después de llevar la barra al pecho con un evidente gesto de esfuerzo, Matthias llevó los 258 kg hacia arriba y los mantuvo los tres segundos reglamentarios. Steiner se tiró al piso en un gesto incontrolable de llanto y felicidad, pegó tres palmadas al piso y volteó con su entrenador que ya lo esperaba para una de las celebraciones más recordadas en la historia de los Juegos Olímpicos.

La imagen que quedaría para siempre en la historia de los juegos vino después. Matthias, en el podio, sosteniendo la medalla de oro con una mano, y la foto de Susan con la otra. La promesa había sido cumplida. Matthias siempre ha dicho “quería demostrarle al mundo que no estaba solo”.