Rudi Gutendorf nos acaba de dejar y el fútbol llora la pérdida del mayor trotamundos que ha visto este maravilloso deporte. El ya retirado entrenador falleció a los 93 años en su Alemania natal. Hablamos de alguien que dirigió casi medio centenar de equipos en una treintena de países de los cinco continentes, lo que le ha hecho merecedor de un lugar en el prestigioso libro Guinness.
Todos esos méritos le hicieron acreedor de la Orden del Mérito y la Cruz Federal del Mérito de Primera Clase de Alemania. «Rudi Rastlos«, como se le conocía, comenzó su carrera como jugador. El entonces centrocampista se retiró en 1953 en el TuS Neuendorf, siendo parte de un curso para entrenadores al año siguiente bajo la tutela de Sepp Herberger, técnico de la selección aleman campeona del mundo en 1954. Pasó cinco años en Suiza (su estancia más larga en un equipo y que le permitió ganar la Copa), donde comenzaría una carrera sin precedentes en la historia de los entrenadores de fútbol, dirigiendo más clubes y selecciones que nadie en el mundo.
La competición germana comenzaba a relucir y Gutenford, una década después de colgar los botines y tras entrenar a algunos equipos menores, le llegaba la gran oportunidad. Lideró a un sorpresivo Duisburg al subcampeonato, donde su equipo fue reconocido como el de mejor defensa de la liga. Estuvo al frente de Stuttgart y un tiempo en la liga norteamericana y alcanzaba a dirigir a Bermuda, su primera selección nacional. Regresaba a Alemania para salvar de forma milagrosa al Schalke antes de emprender, en la década de los setentas, una odisea futbolística.
Llegaba a Perú para dirigir al Sporting Cristal y luego a los seleccionados de Chile, Bolivia y Venezuela. En el país austral se tenían muchas expectativas con su llegada rumbo al Mundial de 1974, pero la llegada del dictador Augusto Pinochet le obligó a abandonar el cargo.
Colonia y Valladolid también fueron parada. El Caribe, África, nuevamente la liga alemana e incluso Oceanía (donde con Australia ganó la Copa de Naciones de OFC) serían testigos de sus métodos y tácticas que le hicieron ganarse el apodo de Riegel Rudi, debido a sus particulares métodos defensivos que no dejaban indiferente a nadie. Se convirtió en el primer extranjero en dirigir en Japón y también tuvo algunas estancias exóticas en Nepal, Fiji, Tanzania, Nueva Caledonia o Santo Tomé y Principe.
Dirigió en un par de Juegos Olímpicos, los correspondientes a 1988 (Irán) y 1992 (China). Su últimos años en activo los pasó en Mauricio, Zimbabwe, Rwanda y Samoa, donde se retiró en 2003. Casi al mismo tiempo Rudi publicaba el más famoso de sus libros, «With Football Around the World», y le dio tiempo de hacer varias apariciones en la TV de su país.
«Con él estamos perdiendo a alguien que nos ha enriquecido todos los días con su gran corazón y positividad. Nos hace sentir agradecidos y orgullosos haber pasado nuestras vidas a su lado, y nunca le olvidaremos. Siempre fue un hombre lleno de energía y entusiasmo por su familia y su amado fútbol», reza el comunicado publicado por la familia de Rudi.
Joseph Blatter, expresidente de la FIFA, lo calificaba como un «contributente al desarrollo del fútbol». Su pérdida supone una noticia sumamente triste para el mundo del balompié.