A los nueve años, el joven Mario entró en la cantera de uno de los grandes clubes alemanes: el Borussia Dortmund. Jugadores como Fredi Bobic y Thomas Rosicky triunfaban en la primera plantilla del club del Westfalenstadion el año en el que llegó Götze. Mario despuntaba, y deseaba ocupar en el futuro una de esas plazas reservadas para las grandes estrellas. Él nunca sería menos, y superó con creces a cualquiera de los integrantes históricos del club alemán. Sin embargo, la vida da muchas vueltas, y en un mercado tan inestable como el del fútbol, el tiempo es oro. Mario Götze (Memmingen, 1992) está a punto de abandonar su casa, el club que le vio crecer como futbolista y que por la exigencia del deporte profesional, tiene que dejar para seguir labrando un futuro en el más alto nivel.
Götze defendió la camiseta amarilla por todas las categorías del BVB desde que entró en la academia, y le sirvió como un gran periodo de adaptación al fútbol de alto nivel. Tras crecer como jugador a pasos agigantados, llegó al equipo sub-19 con 16 años. Muy pronto, Jurgen Klopp se dio cuenta de la calidad que atesoraba, y le hizo ficha en el primer equipo un año después. Debutó en el 2009 y jugó tres partidos con el primer equipo esa temporada.
En la siguiente temporada (2010-2011) consiguió formar parte del once titular en la mayoría de partidos, y la competencia era dura: tenía como compañeros al paraguayo Lucas Barrios, al internacional polaco Robert Lewandowski o al atacante egipcio Mohamed Zidan. Ese año consiguió ganar la Bundesliga, un hito celebrado por el club, que llevaba nueve años sin levantar ningún triunfo. El resumen personal de Mario fue de 41 partidos y 8 goles. Además, pudo debutar con la selección alemana en un partido amistoso.
Su posición en el campo era de mediapunta y jugaba entre líneas, un perfil peligroso para las defensas rivales. Para redondear lo que fue su primera experiencia profesional, se consagró en la Bundesliga como campeón del Golden Boy, trofeo otorgado al mejor jugador menor de 21 años en Europa. Aun así, su primera lesión grave fue una pubalgia que le alejó de los campos 13 partidos, casi tres meses, durante la temporada 2011-2012. En enero de esa misma temporada sufrió otra lesión en el cartílago de la cadera. El jugador alemán brillaba en el campo cuando jugaba, y a pesar de los problemas, los resultados le acompañaban. Consiguió un doblete de competiciones domésticas: liga y copa alemana.
La temporada 2012/2013 vio a un Götze asentado en la élite, registrando su mejor marca de la temporada con 16 anotaciones y 14 asistencias. Además, ese mismo año, el Borussia Dortmund llegaba a la final de la Champions League contra el Bayern de Múnich, aunque no llegó a participar en la final por una lesión. Pero en la temporada 2013/14, el Bayern de Múnich centra su mirada en él. La filosofía de fichar a los mejores jugadores del campeonato local es algo que resquebraja las plantillas alemanas, y el BVB perdió a uno de sus mejores jugadores. 37 millones de euros abonó el Bayern, que era la cláusula del mediapunta, y voló hasta Múnich. Con Pep Guardiola tuvo un rol secundario, aunque el catalán quería tener un jugador de sus características en la plantilla. El resumen de esta nueva etapa fueron 15 goles y 14 asistencias para un jugador sin una posición fija para el catalán, que de falso 9 demostró su mejor versión, aunque no era un titular indiscutible. Lo bueno de esa temporada estaba por llegar.
“Sal, y demuestra que eres mejor que Messi”
Esa frase le acompañará toda su carrera. Joachim Low afirmó que fue una forma de motivar a su jugador, y vaya si lo hizo. Su gol significó otro Mundial para Alemania cuando se venia la tanda de penaltis. Con 22 años, se avecinaba la parte más dulce de su carrera, aunque las cosas se torcieron de manera sorprendente. Dos temporadas después de la 2013-2014, en el zénit de su carrera, Mario había jugado 27 minutos en liga. Los problemas musculares mermaban el físico del jugador y le imposibilitaba la práctica a pleno rendimiento. Los médicos recomendaron al jugador que dejara de manera indefinida los entrenamientos, y tras una serie de análisis, saltó la noticia: Götze sufría una miopatía, enfermedad muscular relacionada con alteraciones y problemas metabólicos que en la mayoría de ocasiones es de carácter desconocido. Sin embargo, parece que ha conseguido superar esas lesiones que no le permitían jugar. Con un palmarés en el que se incluye el Mundial del 2014, cinco Bundesligas, cuatro Copas alemanas o un Mundial de Clubes, el futbolista teutón exprimirá el fútbol que le queda para intentar añadir más trofeos a su vitrina particular.
15 partidos, 514 minutos y una titularidad: 34 minutos por encuentro y tres goles. Ese es el balance del delantero en la actual temporada, rendimiento que provocará su salida del club el primer día del mercado de fichajes, el uno de julio. La regularidad es una de las grandes necesidades de los futbolistas, y Götze hace tiempo que la perdió. Con 28 años, un campeón del mundo debería de ser un jugador cotizado si se incorpora como agente libre a cualquier plantilla. Everton, West Ham, Roma, Lazio o incluso AC Milan son algunos de los equipos que han sonado en la prensa internacional, pero más allá de los rumores, veremos el destino reservado para Mario, el hombre que hizo vibrar a una nación saliendo desde el banquillo.