Que no los sorprenda la eliminación en octavos de final del Mundial del seleccionado argentino sub 20. Ahora se sacarán conclusiones del desarrollo del torneo, pero la decisión final la tendrá la AFA y pasará por ver si respaldan o no un proyecto que recién está dando sus primeros pasos.
Todos esperamos que la Asociación del Fútbol Argentino actúe a contramano de como lo viene haciendo en este último tiempo. No sirve de nada destruir todo lo que se construye por el simple hecho de no obtener resultados al corto plazo.
La ausencia de un proyecto claro torna insostenible el desarrollo de una identidad. Y el magro presente de nuestra selección y de las juveniles no es otra cosa que el reflejo de esa mala gestión.
¿Hace cuánto que ya Argentina no es potencia? Todos los seleccionados carecen de funcionamiento, los jugadores no se encuentran sostenidos por una idea de juego, la falta de colectividad y el dejar todo ligado al azar o a la fe de una de sus individualidades es la clara imagen de estos equipos.
Tras la salida de Pekerman en el año 2006, se dejó de trabajar conjuntamente a conciencia y se empezó a ver conjuntos maquillados por la jerarquía de sus individualidades, por eso, cuando no aparecen quedamos totalmente expuestos.
En este marco, la solución está a la vista de todos, menos en los ojos de los que deciden. La presencia de Fernando Batista, Pablo Aimar y Diego Placente en las juveniles levanta ilusión en el pueblo argentino, porque son personas que se ven comprometidas con la formación de los jugadores como futbolistas, pero principalmente como personas.
Los tres mantienen conversaciones frecuentemente y sostienen que están trabajando mucho en conjunto para mantener clara la línea que quieren llevar. Restará ver cómo actúan las autoridades ante este mal resultado, pero hay algo que está claro, y es que los cambios solo serán viables de la mano de proyectos que, más allá de sus ocasionales dirigentes, tracen un esquema de trabajo serio, trasparente y sostenible en el tiempo.